viernes, 5 de marzo de 2010

Formas cultivadas por la Escuela de Nôtre-Dame

Organum

El organum es el primer esbozo de la polifonía partiendo del canto llano durante la Edad Media, en el que una línea profusamente melismática se superpone a notas de mayor duración que actúan como soporte armónico de la primera.

El organum parisiense de la escuela de Notre Dame, inicialmente a dos voces, solemniza generalmente el gradual o el Alleluia de la misa. Sólo la parte superior (voz organal), está compuesta, pues la voz grave (tenor), cita textualmente al canto llano (aunque como hemos visto en la clase anterior éste puede estar transportado). No se trata de una forma homogénea, a los pasajes polifónicos melismáticos suceden frases de canto llano monódico o pasajes en estilo de conductus.

Podemos preguntarnos si esta alternancia es únicamente funcional, es decir, para ganar tiempo y seguir el desarrollo de la misa o descansar, porque vocalizar es lento y fatigoso, o si algunos movimientos del canto llano sugieren al compositor los tipos respectivos de polifonía.

En el estilo melismático el tenor utiliza valores largos que a veces sobrepasan la respiración del cantor, por lo que conviene establecer pausas en el interior del grupo vocal, o confiar la ejecución a un instrumento sostenido, el órgano por ejemplo. Además, el tenor soporta una voz ornamental muy caprichosa y dúctil. El organum melismático -también llamado florido- más conocido se atribuye a Leoninus y a Perotinus.


Conductus


Composición latina medieval sobre una tonada popular o sobre una melodía original profana o religiosa, y sobre versos latinos, que pueden ser monódicas, como lo fueron en un principio, o polifónicas, como es el caso de las compuestas por Perotinus. En el segundo caso, las sílabas del texto suelen ser cantadas al mismo tiempo (canto homofónico, las voces van ritmadas idénticamente) por todas las voces.

A diferencia del organum, del discanto o del motete, el conductus polifónico no se realizaba sobre textos litúrgicos, y no se realizaba sobre canto llano o gregoriano, sino sobre cantus firmus.
En algunos casos, el cantus firmus escogido se interpretaba en notas cortas (quizás por su naturaleza melismática), con lo que el tenor se movía con más o menos la misma velocidad que las voces agudas.

El anónimo IV sigue atribuyendo a Perotinus la composición de conductus a tres y cuatro voces. Se trata de creaciones originales, sin préstamos del uso litúrgico.

No obstante, en el siglo XIII el conductus no dio materia para un repertorio anotado tan abundante como el motete. Y además la exigencia de estos dos géneros son contradictorias; el motete presenta una polifonía escalonada, donde el elemento contrapuntístico es preponderante, mientras que el conductus admite como hemos dicho una estructura vertical, monotextual, en la que todas las voces pronuncian las mismas palabras al mismo tiempo. De todos modos, el conductus será en el futuro una fuente fecunda, tanto para el motete como para la canción.


Motete
(del latín motetus, “pequeña frase”)

El motete se desarrolla en el siglo XIII, a partir de la clausula de organum (los compositores solían tomar un pasaje florido del canto gregoriano, transcribirlo en notas largas y añadir otras partes vocales encima) Por supuesto el organum continúa su camino, pero ya no es una forma de actualidad y el ámbito de investigación se desplaza hacia el motete y el conductus.

Como sucede con el proceso de constitución del canto llano, es posible evaluar la importancia del hecho lingüístico en la elaboración de esta nueva forma, pues el motete no es otra cosa que una cláusula adicional de palabras, llamadas según el vocabulario de la época “tropada”.

Las características principales del género eran el uso de más de un texto de forma simultánea, a veces en idiomas diferentes, así como la utilización de un segmento de canto gregoriano en la parte vocal más grave. Se dice que el resultado no era tan catastrófico como podríamos imaginar!!, pues el ámbito general era entre una quinta y una octava para las tres voces(normalmente), y la naturaleza de los textos y su tratamiento rítmico garantiza la percepción de las diferentes voces y mensajes literarios, llegando a ser el resultado espectacular.

En la corriente del siglo XIII el motete se va a desarrollar en tres direcciones diferentes: lingüística (transformación de los textos), rítmica (vida y muerte de los modos, ya que los polifonistas del Ars antiqua utilizaban un sistema de seis esquemas modales inspirados en teorías métricas antigua ) y estética (paso de la Iglesia al concierto, con predominio del aspecto profano de los textos, pues a finales del siglo adoptará la lengua vulgar y tendrá inspiración galante: se utilizará para cantar a la mujer amada, para celebrar la llegada de la primavera o expresar la pena de amor).

2 comentarios:

María Quintanilla dijo...

¿Qué tal si incluyes un ejemplo musical de cada uno?

Unknown dijo...

Motete viene del francés Mot=palabra.